Los laberintos de la conciencia XXVII
De alguna manera pudiéramos considerar que todo el conocimiento no es más que un conjunto de modelos que hacemos para tratar de explicar la realidad y navegar en ella.
Sobre estos modelos se generan teorías, especulaciones, disertaciones etc. que al aceptarse por alguna comunidad se transforman en axiomas, leyes, creencias, dogmas, etc.
Luego profundizamos y nos especializamos en algún punto empezando a ponerle nombre a las cosas desde la perspectiva en que la estamos viendo y al final tenemos un galimatías espantosamente complejo, donde una misma cosa tiene diferentes nombres engañándonos al pensar que son objetos o procesos diferentes y si a eso le agregamos “el sentido figurado” la confusión crece aún más llegando a confrontarse áreas similares.
Les invito a que por un momento se desprendan de sus conocimientos especializados y etiquetados para tratar de reordenar lo no ordenado
Generemos dos universos, uno material y otro inmaterial, en el primero consideremos todos los objetos que tienen masa y sus fenómenos, en el segundo los objetos y procesos inmateriales.
La primera gran división en el mundo material sería entre los objetos animados y los inanimados o inertes y vivos, sometidos al movimiento generado por la energía dentro de un espacio tiempo.
En el inmaterial tendríamos formas y pensamientos, la geometría de Hilbert nos podría generar prácticamente cualquier forma en cualquier dimensión y en el pensamiento tendríamos la representación de cualquier fenómeno imaginable del mundo material.
El mundo material está permanentemente siendo transformado por la energía generando movimiento y entropía mientras que el mundo inmaterial permanece inalterable.
Para poder describir el movimiento requerimos algo que nos mida el antes y después, el tiempo, en el mundo inmaterial, siendo inalterable no hay antes ni después, luego no existe el tiempo como tal, simplemente es.
La división más elemental de los objetos materiales por su estado sería sólidos, líquidos y gaseosos, lo que deriva de su movimiento interno, los sólidos vibran sin moverse gran cosa de su lugar, manteniendo su forma, los líquidos tienen un movimiento mayor adaptándose a la forma de su contenedor, mientras los gases se mueven a mayor velocidad y libertad.
En el mundo inmaterial la geometría describe sus formas y las ecuaciones sus movimientos.
Por el origen de su movimiento podríamos describirlas entre inertes y animadas, las que son movidas y las que se mueven por si mismas, en el mundo inmaterial agrupamos las ecuaciones que describen el movimiento de las cosas inanimadas en el conjunto de conocimientos llamados física y las animadas en la biología.
El siguiente enfoque que nos puede ayudar mucho es el de la complejidad, tenemos objetos materiales sencillos y materiales complejos que requieren formas sencillas y muy complejas respectivamente.
Hasta donde conocemos, la forma mas compleja de vida es el ser humano y aplicando la teoría de la complejidad tenemos una imagen en el mundo inmaterial desde las moléculas de la sangre hasta el individuo completo pasando por células, tejidos, órganos y sistemas, todo esto lo ve a detalle la biología con todas divisiones.
Ya como organismo tenemos una serie de movimientos hacia nosotros y la comunidad que algunos les llaman conductas que tienen una relación con los órganos y que por su funcionamiento han dividido en conductas instintivas, emotivas y racionales
Aparentemente estos dos universos son independientes, los procesos materiales pueden sucederse sin necesidad de que se entienda en el mundo inmaterial y de igual forma puede haber objetos inmateriales sin correspondencia conocida en el mundo material.
Sin embargo, siempre hay un, sin embargo, existe un actor que se mueve en ambos universos, la mente humana, la mente forma parte de los dos universos.
La mente toma una forma en el universo inmaterial y lo materializa en un objeto con esa forma en el mundo material y percibe el mundo material para crear formas en el mundo inmaterial.
La mente conecta estos dos universos dándole significancia a ambos, es el actor creador de nuevas expresiones, objetos y fenómenos en ambos universos.
Una vez definido este par de universos viene lo mas interesante que son sus propiedades, en el mundo material las cosas tienen masa, son sujetos de accionarse con energía, están determinados por la entropía como factor de desorden y manifestación del tiempo y el equilibrio como muerte térmica, todos estos procesos son medibles y de alguna forma reproducibles, pudiendo generar nuevos objetos y mecanismos, la mente humana construye ciudades, objetos, mecanismos etc. en el mundo material.
Pero ahora vayamos al mundo inmaterial y lo primero que encontramos es que no hay masa, por lo consiguiente tampoco energía, ni tiempo, luego la entropía es inexistente con lo cual los objetos no se deterioran ni desaparecen, el cuadrado que usaba Pitágoras, es el mismo que se usa hoy y con el cuadrado todas las formas que podamos imaginar han existido, existen y existirán sin alteración porque no están sujetas al tiempo ni a la entropía.
Pero en el universo inmaterial no solo está la geometría, están los pensamientos sencillos y los complejos, pero lo mas estremecedor es que parte de nuestra mente está ahí, ha estado y estará siempre como todo lo que pertenece al mundo inmaterial al cual los grandes teólogos han llamado el universo espiritual y a esa parte de la mente le han llamado espíritu.
Si todo lo que existe en el mundo inmaterial ha existido siempre luego no hay nada que pueda ser creado en ese universo todo ha existido siempre, incluso los pensamientos y me viene a la mente lo que afirmaba Sócrates, “No aprendemos nada, solo recordamos” o lo que decía Aristóteles sobre el intelecto agente al cual describía “como la parte del alma (mente) gracias a la cual es posible alcanzar la ciencia”
Y sobre esa parte del alma la describía como “radicalmente diferente a las demás partes pues es incorpórea y por ello separable es decir inmortal y eterna”, luego agregaba: “esta parte divina del alma es aquello gracias a lo cual pensamos, podemos captar lo universal y alcanzar la ciencia”
Lo cierto es que algo de nosotros es inmaterial, atemporal, libre de entropía, en forma sencilla podríamos decir inmortal y caemos en el abismo de las grandes preguntas que nos han atormentado, preguntas como ¿qué estamos haciendo en este mundo material? ¿Por qué vivir esta experiencia? ¿dónde está la memoria de nuestra vida en el mundo inmaterial, previo al momento en que encarnamos? ¿cómo será nuestra “vida” inmaterial cuando nos desprendamos del cuerpo? ¿elegimos el lugar y el cuerpo donde encarnar?
Nos hemos acostumbrado en nuestro intercambio en el mundo material a apoyarnos de evidencia, al experimento físico, a creer solo en lo que nuestros sentidos perciben, en un océano de incertidumbre nos aferramos a escasas islas de certidumbre que hemos elaborado en la evidencia cerrando los ojos al mundo espiritual, al infinito y a la eternidad. La próxima semana seguiremos experimentando con el modelo “universo material, universo inmaterial” y la gran interface la mente.