Conciencia y realidad
Los laberintos de la conciencia parte III
Conciencia y realidad
Marcos Barraza Urquidi
David Bohm fue uno de los grandes físicos cuánticos del siglo pasado, fue discípulo de Robert Oppenheimer, aunque se negó a trabajar en la bomba atómica, quizás por eso no sea tan conocido, pero sus aportaciones en la física Teórica, la epistemología (conocimiento científico) y la neuropsicología lo colocan como uno de los más grandes físicos del siglo pasado.
Igual que Schröedinger aborda temas filosóficos desde la plataforma de la física, se plantea preguntas trascendentales sobre el pensamiento y la materia.
Afirma en un principio “el pensamiento mismo es un proceso en movimiento. Una sensación de flujo en la «corriente de consciencia» muy parecida a la sensación de flujo que nos produce el movimiento de la materia en general.”
Dicho esto, se plantea la interrogación “¿No cabría pensar, pues, que esta consciencia sea también parte de la misma realidad como un todo? Sin esperar la respuesta continúa con las preguntas, “Pero, entonces, ¿querría esto decir que una parte de la realidad «conoce» a la otra?”
Esto lo podríamos considerar como una continuación de los debates entre los pensadores griegos, sin embrago, David pretende ligarlo a los nuevos conocimientos que ha arrojado la física cuántica.
En su análisis del contenido del pensamiento se pregunta si son instantáneas abstractas y simplificadas de la realidad, o puede ir más allá, ¿hasta algo capaz de abarcar la verdadera esencia del movimiento vivo que nosotros sentimos en la experiencia de la realidad?
De bote pronto podríamos decir que es obvio que el pensamiento es dinámico, el movimiento está presente en nuestros pensamientos, reflexiones y en general en toda tarea consciente.
Sin embargo, David Bohm se refiere a la unidad conciencia realidad como un solo ente, desechando nuestra concepción objeto-sujeto ampliamente aceptada.
Me explico mejor, normalmente consideramos que el ser pensante está completamente separado y es independiente de la realidad sobre la cual está pensando, esto se cimbró cuando en experimentos sobre la naturaleza de la luz, recordemos la famosa controversia entre Newton y Huygens sobre si la luz era onda o partícula el experimento desde la mecánica cuántica arrojó resultados sorprendentes.
El experimento de la doble rejilla es muy sencillo, tiene usted una fuente de luz, una hoja de cualquier material opaco donde realiza un agujero, enciende la fuente de la luz que pasa por el agujero y proyecta en la pantalla un círculo de luz, no se necesita ser físico para hacer esta parte del experimento y concluir que la luz está compuesta de partículas que se dispersan al pasar por el agujero e iluminan en forma circular, aplicamos la física newtoniana y lo comprendemos de inmediato, Newton tenía razón, la luz son partículas.
Pero ahora en lugar de un agujero hacemos dos y encendemos la luz, ¡Sorpresa! En lugar de un círculo continuo de luz en la pared observamos una serie de franjas luminosas y oscuras como si se tratara de ondas de agua que pasan por dos salidas, Huygens tenía razón, la luz son ondas.
Buena pues queda aclarada la dualidad onda partícula de la luz, De Broglie los concilió, pero, siempre hay un, pero, se les ocurrió analizar las partículas que pasaban por cada agujero para ver si las partículas al chocar cambiaban su dirección provocando esas franjas luminosas y oscuras.
Para hacer esto colocaron sensores junto a los dos agujeros sin interferir los rayos de luz y ¡Oh sorpresa! Desaparecieron las franjas, las ondas se colapsaban en partículas al ser observadas ¡Houston tenemos problemas! No sabemos porque pasa eso. ¿El observado observa al observador? ¿Quién explica ahora eso?
El observador afectando la realidad, objeto y sujeto dentro de una misma realidad, en nuestra vida cotidiana, en occidente, el principio de separación entre ser y realidad está fuertemente arraigada en nuestra cultura, en nuestro idioma y en la forma de ver el mundo, no así en oriente.
El considerar como un todo, a la conciencia y a la realidad, lo apoya una gran cantidad de experiencia en oriente, así como una gran cantidad de conocimiento científico moderno.
La naturaleza y función del cerebro como sede del pensamiento van en la dirección de que esta división no debe seguirse manteniendo, pero la solución está muy lejos de ser trivial, cambiarle la forma de pensar a la mitad del mundo no es tarea fácil, ni está en la agenda de quienes pudieran hacerlo porque se requiere cambiar nuestras nociones de cosmología y las de la naturaleza del mundo físico, las cuales deben ser compatibles con una explicación consistente de la consciencia y a la vez nuestras nociones sobre la conciencia deben de ser compatible con nuestros conceptos de la realidad.
La especialización nos ha ayudado a entender mejor las cosas, pero a la vez nos presenta un universo dividido, dándonos la sensación de procesos y entes aislados, mientras que la mecánica cuántica pareciera decirnos que todo está conectado.
David Bohm plantea un reto: ¿Cómo vamos a poder pensar coherentemente acerca de una realidad de la existencia única, no discontinua y fluyente, como un todo que lo mismo contiene al pensamiento (consciencia) que, a la realidad exterior a él, tal como nosotros la experimentamos?
Esto nos lleva a pensar que debemos de unificar nuestras nociones de cosmología y del mundo físico que nos rodea con una explicación consistente de nuestra conciencia y al mismo tiempo nuestras nociones sobre la conciencia.
Después de la guerra Bohm trabajó con Einstein en Princeton la obsesionaba lo irreconciliable de teoría de la relatividad con la Mecánica cuántica, hoy ya se han encontrado algunas coincidencias, Einstein dedicó el resto de su vida a encontrar una teoría del todo, sin éxito, mientras Bohm seguía descubriendo cosas.
Bohm insistía en que los físicos debían continuar la investigación, una contribución importante la haría Von Newman al tratar de axiomatizar la física, pero la radiación en Alamogordo acabó muy pronto con su vida.
Bohm criticaba a los físicos en su tendencia a aplicarse en cosas prácticas y rentables en lugar de seguir buscando objetivos teóricos generales.
Hoy planteamos de acuerdo a las teorías de Bohm, físico cuántico, que la separación entre objeto y sujeto que tenemos en la civilización occidental va en dirección contraria a los avances de la ciencia, la próxima semana trataré de explicar como el lenguaje nos ha llevado a esta interpretación.