Evolucionistas vs Creacionistas
Evolucionistas vs Creacionistas
Marcos Barraza Urquidi
Siempre han sido interesantes las discusiones donde, un grupo afirma que las manzanas son rojas y del otro lado quienes afirman que es falso ya que los plátanos son amarillos, estas discusiones abarcan todas las áreas de conocimiento, incluso dentro de las ciencias “exactas” donde abundan las teorías que esperan ser comprobadas para entrar por la puerta grande de la ciencia.
Vemos en la historia del conocimiento como se enfrentaron idealistas contra materialistas, racionalistas contra empiristas, moralistas contra libertinos, evolucionistas contra creacionistas, por alguna razón tendemos a jalar la cuerda hasta los extremos, sin embargo, estás discusiones han enriquecido mucho el conocimiento y de alguna forma han empujado a nuevos descubrimientos.
Un caso muy interesante de desarrollo del pensamiento es el de la existencia de Dios el cual se ha abordado desde la física, filosofía y teología, en un momento la afirmación de que el universo siempre había existido eliminaba la posibilidad de que se hubiera creado como afirmaban las cosmogonías de todos los pueblos y desde la teología vendría un físico teólogo a proponernos que todo el universo había surgido de un “Huevo Cósmico” con su teoría del “Átomo primigenio”, la rechifla del bando contrario no se hizo esperar y un físico ateo se pitorreó de George Lemaitre en un programa de radio diciendo “Cómo ven que este curita nos vino a decir que todo surgió de un gran disparo (BigBang) en inglés.
Cuando Darwin visitaba Las Islas Galápagos en el hoy legendario barco Beagle observó como los pájaros pinzones variaban su pico para adaptarse a las condiciones del medio ambiente, algo semejante ocurría con las tortugas, las que vivían en montañas verdes tenían el cuello corto y el caparazón combo, mientras que las que vivían en islas planas y secas tenían el cuello más largo y el caparazón en forma de silla de montar, le parecía lógico que el medio hiciera que las tortugas y los pájaros evolucionaban para adaptarse al medio.
Cincuenta años antes de la publicación del “Origen de las especies” ya Lamark observando las jirafas había atribuido su largo cuello a la necesidad de alcanzar los frutos de los árboles y propuso la idea de que la vida evolucionaba por “Tanteos y sucesivamente” y enunció el mecanismo “Herencia de los caracteres adquirido”, los panchosticos levantaron la bandera felices, “Se los dije Dios no hizo al hombre venimos del chango, así que Dios no existe” Sin embargo Weismann encontró que la información hereditaria se mueve desde los genes a las células y no al revés, pero los panchosticos siguen repitiendo las tesis Lamarkistas.
Aristóteles había explicado que la diferencia entre lo animado y animado era el alma y que todo movimiento se originaba de otro movimiento hasta llegar al motor inmóvil, el que mueve todo sin ser movido, también hablaba de que todo ser vivo viene de otro ser vivo, basado en este principio aparecieron los vitalistas que ya no hablaban de una alma sino de una fuerza vital que animaba a las cosas y se aventaron la puntada de decir que esta fuerza vital no estaba sujetas a las leyes de la fisicoquímica en general y de inmediato aparecieron los antivitalistas que negaban el principio vital y que consideraban la vida como resultado de procesos fisicoquímicos, esta visión llegó a separar la química en orgánica e inorgánica, de tal forma que cuando se pudo sintetizar la Urea un producto que generamos los seres vivos, con bombo y platillo se declaró muerto el vitalismo porque de algo inorgánico habían generado algo orgánico a lo que los vitalistas contestaron que la urea no era un ser vivo.
La política no ha estado ajena a esta discusión y los gobernantes en turno han impuesto a su pueblo su propia visión de los hechos, los materialistas imponen en la educación un hedonismo instintivo en el capitalismo salvaje donde toda conducta es regida por el placer, si te gusta es bueno no importa el daño que te haga a mediano o largo plazo o un socialismo esclavizante donde el hombre es solo un animal desprovisto de espíritu y puedes hacer lo que quieras con él, ambos han sacado de la curricula, el civismo, la ética y la moral culpando a las religiones de todos los males que aquejan a la humanidad, persisten aún las teocracias donde los gobernantes se sienten representantes de Dios e imponen su moral a sus súbditos, también algunos países han dado cierta libertad a sus ciudadanos de creer en lo que mejor les parezca y limitan sus facultades a mantener leyes de convivencia.
En estos países de libertades limitadas se ha dado la batalla entre los evolucionistas y creacionistas, donde la disputa cosmogónica tiene dos vertientes, una que afirma es que todo se hizo solito como producto de la evolución y la otra que detrás del universo hay una inteligencia creadora, un Dios creador.
En la ciencia la hipótesis espiritual ha dado paso a la hipótesis material llevando a la ciencia al utilitarismo abandonando los temas trascendentales por aquellos que reporten utilidades.
Este debate científico baja al pueblo donde se vuelve una pelea de barrio en donde solito se enfrenta a Dios para regir la conducta de los habitantes de este globo, los creyentes afirman que debemos de seguir las leyes de Dios en nuestra conducta y los no creyentes que se vale todo, si te gusta “Éntrale”, si te sirve “Úsalo”.
Un caso melodramático es el del famoso divulgador de ciencia Stephen Hawking que a cada nuevo descubrimiento de la física sacaba la bandera de “Dios no existe”, nunca entendió la diferencia del “Cómo” y del “Quien”.
De las ideas actuales sobre la evolución destacan las de Erwin Schrödinger que considera que la evolución del hombre se debe a la conciencia, de la misma forma es interesante poner atención al transhumanismo.
Quizás ha llegado el momento de releer a Kant para buscar una posición conciliadora y pongamos sobre la mesa sus tres preguntas fundamentales ¿Qué debo hacer? ¿Qué puedo esperar? Y ¿Qué puedo conocer? Todo esto a la luz del enorme caudal de conocimientos que ha acumulado la civilización actual para tener un conocimiento más equilibrado de qué somos y a donde vamos.