¿Existen los dioses?
Los laberintos de la Conciencia
¿Existen los dioses?
Marcos Barraza Urquidi
Los antiguos pueblos divinizaban al viento, a la luna, a Júpiter, al sol y a muchos más, en retrospectiva, ver al viento como un ser divino que está soplando, a la luna como una mujer amorosa, a Júpiter como un guerrero y al sol como el gran Dios, se explica solamente desde la idea de personificar elementos necesarios para la vida.
Pero veamos algo interesante, empecemos con el viento, sin el movimiento de las moléculas de los gases, que componen el aire, caeríamos muertos, luego el viento juega su papel en la vida.
Seguimos con la diosa Luna, gracias al efecto de la luna se mantiene el eje de rotación de la tierra firme permitiendo los días con luz y las noches oscuras, también evita que se acelere o desacelere el movimiento de rotación, entre otras cosas. sin esta protección no habría vida animal, ni árboles en la tierra.
Júpiter, la enorme masa de Júpiter deforma el espacio tiempo y genera una trampa para los cometas que vienen en dirección de la tierra. En la formación de la tierra gigantes acuosos de órbitas «raras» que amenazaban con colisionar con la tierra fueron atrapados por Júpiter, actualmente sigue siendo una barrera protectora para la tierra muy importante, si quisiéramos personalizarlo, lo veríamos como un guardia poderoso.
Sin energía no hay vida y salvo la geotérmica, todas las energías vienen del sol y el sol no es solamente un pedazo de hidrógeno «ardiendo», las sondas que se han mandado registran una actividad compleja y los efectos sobre la vida humana van más allá de solamente «calentarnos», los estudio sobre las manchas solares nos hablan de su influencia decisiva en la agricultura, algunas radiaciones causan mutaciones etc. el sol es un actor importante en el desarrollo y vida del ser humano.
La ciencia ha encontrado que estos actores, indispensables para la vida, no tienen los elementos para considerarse humanos o sobrehumanos, pero no son objetos inanimados y se comportan con reglas complejas que les permiten el movimiento y la interacción con otros actores,
¿Qué somos nosotros desde esta visión? pues una masa de agua, carbón, calcio, cobalto etc. etc. casi igual que los otros actores, salvo por la conciencia.
Se podría decir que los fenómenos físicos se explican, lo que indica que todo lo demás es un fenómeno social y cultural, incluyendo el desarrollo de divinidades.
Cierto, pero limitado, no todo fenómeno social tiene que estar en el terreno de lo imaginario, la comprensión de estos fenómenos tanto como su interpretación, efectivamente son un fenómeno social y cultural, generado por la conciencia.
Vendría la gran pregunta ¿Habrá alguna conciencia superior a nosotros o somos los únicos seres conscientes en el universo?
Pensar que somos la única o más grande conciencia en el universo nos lleva a la teoría egocéntrica, a considerar al hombre como el centro del universo, luego ¿Porque no suponer que detrás de eso actores, e incluso de nosotros mismos, haya una conciencia superior?
¿Pero dónde está? ¿Por qué no la vemos?
Estamos rodeados de cosas que no vemos pero que se manifiestan, por ejemplo, las ondas electromagnéticas, sin embargo, una de las grandes capacidades de la mente está en la deducción, no todo es empírico o evidencial, hasta hace poco tiempo pudimos ver el átomo y sin embargo se dedujo desde hace más de 2 mil años.
Regresando a la conciencia o mejor dicho a la mente, esta actúa sobre nuestro cuerpo para accionar una masa fenomenológica, conceptualmente similar al viento, la luna, Júpiter, Marte etc. considerando nuestra potencia de imaginar y deducir que nos da la razón, podemos intuir que detrás de esos actores puede haber una conciencia que los mueva.
El que no podamos interactuar en forma directa y explícita con esa conciencia no la destruye, solo habla de nuestras incapacidades.
Me gusta hacer un modelo de 3 esferas, la primera, una esfera de física clásica donde vemos una serie de fenómenos en el espacio tiempo, donde normalmente todo es determinista y el tiempo puede transcurrir en ambos sentidos, el principal protagonista es la materia.
La segunda esfera es la filosofía, centrada en el hombre donde todos los constructos mentales tienen cabida y se centran en la conducta humana, el tiempo marcha en una sola dirección.
Viene la tercera, la teología, centrada en el espíritu, toca la trascendencia del ser humano donde la mente es el principal protagonista y no hay espacio ni tiempo.
Estos círculos pueden manejarse en forma independiente, pero aparece la física moderna haciendo boquetes en los 3 círculos.
Iniciamos con la cuántica y el detonador lo hace Erwin Schrödinger al demostrar que la mente es atemporal, no es parte del espacio tiempo, aunque actúe sobre él y se abre una conexión con la esfera teológica que ubica al espíritu en ese espacio donde no hay un antes ni un después tampoco existe la materia.
Luego la física del Caos, entra a predecir el comportamiento de los grupos y a estudiar sus propiedades emergentes reventando la esfera de la filosofía que habla de la libertad absoluta del individuo.
Creo que ha llegado el tiempo de recoger todo el tiradero que hemos hecho y construir un modelo único de conocimiento que nos permita armonizar todas las ciencias y conocimientos.