La interpretación de Copenhague
Regresamos al punto crucial de unión de la mente con el cigoto, la célula inicial de la vida humana, analizábamos las dos opciones, que la mente surja del cigoto algo improbable y la otra de que la mente se una al cigoto lo que nos llevó a pensar en un universo mental que en unión del ser nos llevan a un universo espiritual.
En esta opción del universo mental, veríamos a la materia ser controlada por la mente, aquí podría parecer más lógica la primera opción materia controlando materia aunque la teoría de la complejidad casi lo descartar.
Debía de haber otros fenómenos donde se viera claramente la acción de la mente sobre la materia, podríamos hablar de la telequinesis o la facultad de algunas personas de mover objetos a distancia, fenómenos vistos desde hace milenios, sin embargo, la ciencia formal lo considera como seudociencia por no cumplir con todas las reglas del experimento científico.
En 1900 aparece el físico Max Planck con un descubrimiento aparentemente inocente que cambiaría el conocimiento: “La energía no es continua, sino que se trasmite en paquetes o quantums” luego la materia también es discontinua, los filósofos levantaron la mano de inmediato, Demócrito tenía razón todo está hecho de pequeñas partículas o átomos como Demócrito les llamaba.
A este descubrimiento le siguió un alud de nuevos descubrimientos muchos de ellos contraintuitivos, resultaba que las partículas rompían reglas aceptadas como la causalidad, esto es, no todo efecto tenía una causa, Heisenberg introducía el principio de incertidumbre en la física, luego vendría el misterio de las partículas entrelazadas que actuaban como si el tiempo y la distancia no existieran para ellas.
Pero lo más espectacular y relacionado con el tema fue el colapso de la función de onda, también conocido como la teoría del observador, la cual consistente, en forma sencilla, de que una señal electromagnética se transforma en partícula al ser observada, esto fue interpretado por muchos como una acción a distancia de la mente sobre la materia, dicho experimento cumplía con todas las reglas del método científico y se sigue repitiendo hasta la fecha.
Este descubrimiento ponía en claro el error de la civilización occidental de separar al sujeto del objeto en su estudio y enfrentaba a los físicos y filósofos en la interpretación de este hecho, aunque como en el caso de Demócrito alguien había hablado de este fenómeno en el siglo cuarto y fue nada menos que San Agustín de Hipona que en un salmo decía “!Señor!, Veo las cosas porque existen y existen porque tu las ves”.
En 1927 se reunieron 29 grandes físicos en la conferencia de Solay, aunque se reunían desde 1911 esta resultó épica y las discusiones estuvieron por demás interesantes, Einstein el más popular entre la tropa estaba lejos de la inteligencia de algunos de ellos, desde mi punto de vista y se lo cotorreó Schrodinger con la pardoja del gato hoy conocida como el gato de Schodinger pero también cuando criticaba la incertidumbre de Heisenberg diciendo “Dios no juega a los dados” Niels Bohr le constetó “Einstein deje de decirle a Dios que haga con sus dados”.
Jamás se habían reunido tanto talento en una conferencia, cualquiera de los 29 pasaría a la posteridad por sus trabajos estaba Werner Heisenberg premio nobel y creador del principio de incertidumbre, Louis Broglie premio nobel y creador de la teoría de la dualidad partícula onda, Max Planck premio nobel y descubridor del quantum, Marie Curie premio nobel y famosa radióloga, el gran físico Hendrik Lorentz premio nobel cuyos trabajos permitieron la Teoría de la relatividad, Wolfang Pauli premio nobel y descubridor de la teoría del spin, base de la estructura de la materia, Max Born el que si creía que Dios jugaba a los dados, premio nobel por sus trabajos en física cuántica, Niels Bohr premio nobel por sus descubrimiento en Física cuántica y su modelo atómico, Albert Einstein a quien no es necesario presentarlo, Erwin Schrodinger premio nobel y creador de las ecuaciones de la mecánica cuántica y gran filósofo para mi gusto el más inteligente del grupo, todos los presentes habían hecho contribuciones importantes a la física y estaban ahí tratando de entender el significado de los experimentos contraintuitivos que arrojaba la física cuántica.
Los temas eran la discontinuidad de la energía y materia descubierta por Plank la complementaridad que hacia que la materia se comportara como onda y partícula, la indeterminación que nos decía que solo se puede hacer una interpretación probabilística de las propiedades y evolución de las partículas.
Lo importante de esta reunión fue la conclusión de que “En física cuántica el observador interactúa con el sistema en tal medida que el sistema no puede considerarse con una existencia independiente” dicho en forma sencilla establecía la relación entre el observador y el sistema,
Y ¿Qué mecanismo de la mente es la que observa? La respuesta es la conciencia, esto revolucionó la filosofía y el concepto que se tenía de la relación Mente-Materia en teología, la conciencia generando la realidad.
Cuentan las malas lenguas que Einstein no estaba de acuerdo y que en forma despectiva dijo “Entonces ¿cuándo no estoy viendo la luna, la luna desaparece?” alguien le contestó con una sonrisa, “No desaparece porque Alguien la está viendo” y los teólogos saben Quien es ese Alguien
Bien pues la interpretación de Copenhague abona la tesis de que la mente es la que controla la materia y aumenta la probabilidad del mundo mental y espiritual.
.
.