Los tres cerebros, tres agentes
Se ha preguntado alguna vez ¿Porqué hice eso? O más dramáticamente, ¿Cómo pude hacer eso? O admitir coloquialmente “La regué” aunque cada vez está más “molacha”, la conciencia en ocasiones nos trae la pregunta ¿Porqué hacemos lo que hacemos?
El filósofo de Güemes simplemente contesta “Hacemos lo que hacemos, porque somos como somos” pero hay muchas teorías y unas se van imponiendo a otras por su sofisticación, cuando todo se trataba de explicar por medio de la evolución surgió la teoría de los tres cerebros.
Nos decían los evolucionistas que primero tuvimos el cerebro reptiliano o cerebelo donde anida la mente subconsciente, luego el cerebro mamífero o cerebro límbico encargado de las emociones y la regulación del orden químico interno, el tercero y lo mas novedoso el neocórtex, el que nos da la diferencia con los demás animales.
En el cerebro reptiliano, ¡vaya! Nombrecito, está la actividad física, los ciclos de atención y el sueño, en el cerebro límbico aparecen las emociones como la motivación, el espíritu de cooperación, el estrés etc.
En el neocórtex el razonamiento, el lenguaje, la lectura, etc. pero sobre todo la capacidad de abstracción de la que tanto presumimos como especie.
La teoría del cerebro Triuno, la inicia Papez, luego MacLean le da forma y Joe Dispenza la hace casi ideología, un método interesante para conocer un poco el recipiente de la mente, aunque evidentemente es difícil ponerle fronteras físicas a estos cerebros como lo hacen, ya que la interacción de todos los elementos que intervienen en ellas están mezclados por todo el cuerpo.
En el modelo UMIM lo vemos como tres agentes, el agente instinto, el emotivo y racional compuesto a su vez de una serie de subagentes que apoyan a uno o varios otros agentes, esto es, como sistemas abiertos mantienen una comunicación continua con su entorno intercambiando materia, energía e información, en este caso neurotransmisores, impulsos eléctricos y dentro de ellos, información.
Lo interesante de nuestro modelo es que una vez que se comprende como funciona un agente, se pueden comprender todas las funciones de la mente porque solo cambian los parámetros y programas, sin embargo, el resultado de su trabajo es sumamente complejo hasta el límite en que nos pueda parecer incomprensible
Cuando los agentes sensoriales recogen datos del exterior e interior de nosotros, otros agentes trabajan en darles contexto, esto es, ubicarlos en el tiempo y el espacio, básicamente para saber cuándo, cómo y dónde se generaron esos datos, transformándolo en información luego otros agentes se encargan de darle significado comparándolo con información que tenemos en la mente normalmente llamado principios, bases etc. para encontrar que significan para nosotros.
La información recolectada con significancia es tan abundante que tenemos que filtrarla para saber que hacer con ella y dado el caso reaccionar, los principales filtros son importancia, urgencia y novedad y es cuando entran los 3 agentes, instinto, emoción y razón, cada uno con sus intereses.
Si alguna de estas informaciones nos avisa que estamos en riesgo de inmediato el instinto toma el control, si es para interactuar el emocional y el análisis se lo dejan a la razón, los tres buscan diferentes objetivos y en muchas ocasiones se contraponen, tratando de simplificar podríamos decir que el agente instinto busca la sobrevivencia, el emocional la felicidad y el racional la verdad.
Estos agentes buscarán influir en el agente voluntad para que actúe de acuerdo a sus intereses, lo que hace que nuestra respuesta a una situación no sea tan predecible, inclusive para nosotros mismos, la velocidad de respuesta va también en ese sentido, primero el instinto, luego la emoción y al final la razón.
En el momento rara vez razonamos sino que dejamos a la costumbre que anida en el inconsciente para que tome el control, por eso los abuelos insistían en que desarrolláramos buenos hábitos porque seríamos esclavos de ellos toda la vida, para una mejor convivencia la razón puede influir y modelar las emociones y estás a su vez pueden controlar los instintos y en sentido contrario también actúa, los instintos modelan las emociones y estas influyen la razón que luego busca justificar emociones e instintos.
Hay quienes se preguntan ¿es el hombre instintivo, emocional o racional? Y la pregunta es cómo preguntar ¿Qué color pesa más, el blanco o el azul? Somos una mezcla de ellos y la armonía la encontramos en el balance de ellos, como decían los filósofos romanos “In médium is virtus”
Cada uno de estos agentes tiene un papel definitivo para el desarrollo del hombre y para la evolución de la humanidad, el primero nos permite sobrevivir como personas y perpetuarnos como especie, el segundo le da sentido a la vida, la felicidad de vivir y el tercero nos puede llevar a la trascendencia, al universo inmaterial, a desarrollar la abstracción, a asomarnos al infinito y la eternidad, dos términos difíciles de entender en el universo material.
Contrario a lo que pensáramos, el agente instinto es el más desarrollado, el que tiene más funciones y más información, el cerebelo, pieza vital, es una verdadera maravilla biológica. De él y los otros agentes estaremos hablando las próximas semanas para ir teniendo una idea de lo que es la mente, ese enlace entre el mundo material e inmaterial, que alberga tantos secretos del ser Y El Ser.