Las aflicciones del alma
Marcos Barraza
Aristóteles afirma que las aflicciones del alma ocurren en el cuerpo, luego es trabajo de los físicos su estudio, en el planteamiento que lo lleva a definir el alma y sus características plantea que hay en el universo “cosas” que se mueven y cosas que no se mueven, luego esa diferencia debe ser originada por algo y a ese algo le llama alma.
Si el alma es el origen del movimiento, luego los astros y las estrellas debían de tener alma, lo mismo las plantas y los animales, por lo tanto, el estudio de las ciencias naturales nos llevaría a conocer el alma.
La primera gran sacudida a este pensamiento lo da Newton, al comprobar que algo puesto en movimiento seguiría moviéndose mientras no hubiera una fuerza que lo detuviese, contrario a lo que afirmaba Aristóteles que el movimiento requería de algo que lo mantuviera en movimiento.
Newton, profundamente espiritual, manifestaba que Dios le dio el impulso inicial a los planetas y estrellas y ellos se mantenían girando sin necesidad de una fuerza que los mantuviera en movimiento.
La filosofía moderna se inicia con Descartes, que sigue la línea pitagórica donde conviven la religión y el razonamiento, considera el alma como inmortal, más aún, la ubica en la glándula pineal, pero niega cualquier otro tipo de alma, su filosofía totalmente determinística considera que tanto los organismos vivos como el mundo inanimado se rigen por leyes físicas.
Por paralelismo, Descartes consideraba que también los acontecimientos mentales debían de ser determinísticos, idea que se mantendría hasta la aparición de la física cuántica de la cual estaremos hablando en los próximos artículos.